lunes, 24 de enero de 2011

SABER DECIR “NO” AYUDA A DAR PRIORIDAD A LOS OBJETIVOS MÁS IMPORTANTES


Si su bandeja de entrada luce como la mía, entonces está llena de solicitudes e invitaciones. Cada enero trae una nueva tanda de clientes ansiosos, proyectos emocionantes y compromisos fáciles de aceptar. Si no aprende a decir “no”, frecuente, educada y eficazmente, no pasará mucho tiempo para que esté sobrecargado y exhausto.

Las buenas noticias son que las mismas tecnologías que amenazan con sobrecargarlo también pueden mantenerlo sano. A continuación presento cómo utilizo mi computadora y redes sociales como aliados en la disciplina de negarse:

APRENDA A ESTABLECER UNA PRIORIDAD A SUS COMPROMISOS

Use una hoja de cálculo o algún software de productividad para enlistar los proyectos en los que está trabajando. Cree una columna para asignarle a cada proyecto un nivel de prioridad del 1 al 5. Después, cree otra columna para apuntar el nombre de cualquiera que podría hacerse cargo o ayudar en cada proyecto. Clasifíquelos y separe los tres de mayor prioridad que únicamente puedan ser manejados personalmente por usted.

MODERNICE SUS COMUNICACIONES EN LÍNEA

Tal vez tenga 10 canales de comunicación diferentes (correo electrónico, mensajes de texto, Facebook, etc.) que requieren procesamiento cada día (si no es que cada hora). Limite durante una semana sus comunicaciones en línea al mínimo absoluto. Al final de esta, cierre sus cuentas en cualquier red que requiera más tiempo de lo que valga, o edite su perfil en esas redes para informar a la gente que prefiere ser contactada por otros medios.

HAGA DEL “NO” SU RESPUESTA AUTOMÁTICA

Planee negarse a todas las invitaciones nuevas de redes sociales, proyectos y eventos. Acepte únicamente si la invitación u oportunidad cumple con una breve lista de criterios. Por ejemplo, yo busco conferencias que combinen desarrollo empresarial (encontrar clientes), profesional (mejorar habilidades o conocimiento) y personal (regeneración o crecimiento personal). Únicamente asisto a eventos que prometen tener valor significativo en por lo menos dos de esos tres frentes. Ninguna de estas prácticas eliminará la ansiedad que viene con negarse, o el temor de que tal vez esté perdiéndose de una fantástica oportunidad. Pero debido precisamente a que es tan difícil negarse, necesitamos herramientas y sistemas que ayuden a hacerlo un poco más fácil, y un poco más habitual. Entre más diga que no, mejor desempeño tendrá al encarar los pocos proyectos importantes a los que usted diga un sí en grande.

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