miércoles, 13 de marzo de 2013

CAPACITACIÓN CORPORATIVA: EDUCACIÓN SIN DISTANCIA

Invertir en el desarrollo de talento de nuestros colaboradores es una de las mejores prácticas de un buen gobierno corporativo y es un campo donde las tecnologías nos apoyan de manera fundamental. Los smartphones, las tablets, las ultrabooks, los smart TV, son gadgets habituales en la vida de las personas, especialmente para el entretenimiento, y son, al mismo tiempo, recursos muy importantes para integrarnos, acercarnos, comunicarnos y capacitarnos.
El caudal de conocimientos relevantes que habitualmente hemos venido recibiendo en nuestra apuesta por mejorar nuestras competencias profesionales nos lleva a trasladarnos para estar en contacto con los agentes de formación. Existe un espacio y un tiempo necesarios y obligatorios para acceder al conocimiento. 
La mayor parte de las organizaciones todavía contratan servicios de capacitación localizados físicamente en algún sitio más o menos alejado y con unas horas determinadas para acceder a ellos. Distancias que, como siempre, para unos son más insalvables que para otros.
Lo portátil y portable, así como las redes, Internet y el desarrollo de nuevas formas de comunicarnos, nos está permitiendo deslocalizar y destemporalizar esas fuentes. Internet como gestor de recursos informativos, formativos y comunicativos, está sirviendo de base a una educación a distancia que cada vez se hace más cercana, por lo que decíamos antes: la fuente de conocimiento, lejana físicamente y con acceso restringido a unos horarios, penetra y se hace presente en nuestro lugar de trabajo, en nuestro propio hogar e, incluso, en los centros de ocio. Y las posibilidades de comunicación en todas sus dimensiones son excepcionales. 
El e-learning primero, luego el m-learning y ahora el t-learning son conceptos que nacen producto del auge de las tecnologías y siguen impulsando cambios drásticos en las formas de entender la capacitación corporativa. El cómo se enseña y cómo se aprende plantea la necesidad de nuevos enfoques para el desarrollo de competencias utilizando metodologías formativas sostenidas en sistemas multimedios y redes digitales. 
La lejanía o distancia física entre capacitadores y colaboradores y de éstos entre sí, propio de estos sistemas, se ve modulada e incluso anulada por la cercanía de la relación que se establece desde el entorno virtual de aprendizaje en el que habrán de soportarse recursos, contenidos y comunicaciones asimétricas (capacitador-estudiantes), simétricas (estudiantes-estudiantes), síncronas (en tiempo real) y asíncronas (en tiempo diferido). 
Estas distancias, que se han acortado o han llegado a desaparecer, deben ser el caldo de cultivo para el logro de aprendizajes eficaces y eficientes. En efecto, hoy no parece definitorio el hecho de la “distancia” que da nombre genérico a este prototipo de educación. Lo que define esta forma de enseñar y aprender sin distancias es la metodología que al utilizar determinados recursos tecnológicos es capaz de mantener una relación didáctica cercana emocionalmente que, además, propicia un acercamiento a las fuentes del saber a golpe de “clic” o “touch”, y una relación instantánea o casi instantánea, al margen de fronteras nacionales y continentales y por encima de las limitaciones que imponen las zonas horarias. El acceso al conocimiento está garantizado permanentemente, 24 horas al día, los siete días de la semana. ¿Cabe mayor cercanía y permanencia? 
¿Existe cercanía o distancia en un aula presencial en la que los estudiantes vienen a ser en muchos casos meros espectadores, asistentes que callan, y escuchan aquello que el profesor dice? En nuestra educación a distancia sin distancias, nos interesa contemplar al estudiante como participante activo de su proceso de aprender y no simple espectador. Y esa participación exige relación, comunicación cercana y frecuente, vertical y horizontal. ¿No es cercanía disponer del aula, de los materiales e, incluso, del profesor, prácticamente de forma permanente?, ¿no es cercanía el realizar trabajos colaborativos de forma que podamos sentir el codo de nuestro compañero de pupitre virtual?, ¿no supone cercanía el poder acceder desde cualquier rincón de la geografía a esas fuentes del saber, a la información, al consejo?
Muchos capacitadores corporativos nos encontramos hoy, al menos tan cerca de tantos alumnos a distancia como de aquellos estudiantes que en otros momentos de nuestra vida profesional, llenaban las aulas más o menos masificadas de los centros presenciales.

No hay comentarios:

Publicar un comentario