martes, 26 de diciembre de 2017

LA INNOVACIÓN DISRUPTIVA


Somos testigos de los increíbles avances en ciencia, medicina y tecnología. Sin embargo, este avance no alcanza de manera homogénea a la humanidad. La innovación cobra protagonismo como el artífice del progreso. Para que los negocios generen valor producto de la innovación, tienen que pasar por varias fases que no marchan con la misma dinámica. La innovación disruptiva es tener una mirada diferente, evolucionar continuamente lo existente. Mientras muchos se resisten a adoptar nuevas formas de negocio, pensando en que los riesgos que esconde la innovación son demasiado altos, otros creemos con firmeza que el único riesgo es no innovar. No innovar no quiere decir no hacer nada, sino hacer siempre lo mismo.

Las personas, las sociedades cambian sus gustos, la forma como hacen las cosas, sus costumbres. Esto hace necesario la innovación disruptiva, las empresas deben contar con una estructura y un ambiente que potencien la innovación. La innovación no solo es necesaria, sino inevitable.

Cuando hablamos de innovación no hablamos de una persona, hablamos de equipos, de gente dispuesta a abrir las puertas a esas nuevas ideas y de una cultura organizacional. Podemos tener buenas ideas, pero es necesario transformarlas en satisfacción. Se habla de innovación en las empresas porque la innovación escasea. Nadie habla de aquello que abunda naturalmente.

Las consecuencias de no adaptarse al cambio están bien documentadas. Solo como una muestra tenemos los casos de Atari, Kodak, Blockbuster y Nokia. Lo viejo funcionó, y estuvo bien, pero ahora soplan nuevos vientos. Y como reza el antiguo y tan vigente proverbio chino, “cuando soplan vientos de cambio unos levantan muros y otros construyen molinos.”

En nuestro país ver empresas que apuestan por la innovación nos sorprende. Aunque debería ser lo esperable. Innovar, es cierto, implica correr riesgos; pero es más riesgoso quedarse estancado en modelos desfasados. Innovar implica ingresar en caminos poco transitados, sin señales ni mapas. Innovar es, además, saber gestionar el riesgo, transformar lo desconocido en amigable.

Hablar de innovación también es hablar de disrupción. Ejemplo de ello es Uber, que ha revolucionado el transporte urbano; Airbnb, el alojamiento; Apple la música y Tesla la automoción. Estos, por mencionar sólo algunos que han roto esquemas en industrias enteras. Es en este nuevo mundo donde el grande ya no se come al pequeño, sino que es el rápido el que se devora al lento.


El sector retail, por ejemplo, está experimentando una transformación enorme, acelerada por las cambiantes necesidades de los consumidores. Los centros comerciales son un espejo de los valores y de los estilos de vida de la gente. A medida que estos valores y estilos de vida van cambiando, los centros comerciales deben ir cambiando a la par.

No hay comentarios:

Publicar un comentario