Crear una marca personal es
un factor de competitividad en el mercado profesional. Comparto con ustedes dos
elementos del branding que debemos considerar para mejorar nuestras condiciones
de empleabilidad.
Marca auténtica y transparente
Una marca personal se construye en base a la
identificación de las fortalezas que nos diferencian y que nos generan
oportunidades de acceso a un determinado mercado laboral o a una empresa meta
en el marco de nuestro plan profesional. La autenticidad de la marca personal
es la que nos asegura la consistencia y coherencia entre nuestras competencias,
especialmente las blandas, y las expectativas del empleador. Contar con una
marca personal que muestra atributos reales, fortalece los términos del
contrato psicológico, facilita nuestro ajuste a la cultura de la organización y
el logro de resultados esperados en función a la imagen que hemos proyectado.
Planear una arquitectura de marca coherente y consistente
El proceso de "descubrir" la marca
personal, se inicia con la evaluación objetiva de nuestras reales posibilidades
de acceder a un mercado o empresa determinada, permitiéndonos desarrollar sobre
bases concretas un plan de mejora que finalmente nos acerque a nuestro trabajo
ideal. En tiempos actuales, el hecho de recordar que "todo comunica"
es vital: la web y redes nos mantienen al alcance de un clic de oportunidades
que podríamos perder sin siquiera saberlo. Cuidar la consistencia entre aquello
que mostramos de manera formal e informal resulta un reto que es necesario
asumir.
La marca personal es el
instrumento que nos hace competitivos, que nos facilita incluso la toma de
decisiones; construirla y mantenerla es un esfuerzo permanente que se despliega
con facilidad cuando se han definido previamente los objetivos de nuestra vida
profesional. La casualidad y la suerte dejan de ser entonces variables extrañas
para convertirse en oportunidades que solo podemos aprovechar cuando vemos la
foto completa.
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